miércoles, 30 de junio de 2010

¿Son posibles los milagros? Dos referencias: Collingwood y Lewis

La vida puede a veces aparecer legítimamente como un libro científico.
La vida puede a veces aparecer, y con mucha más legitimidad, como un libro de Metafísica.
Pero la vida es siempre una novela. Nuestra existencia puede dejar de ser una canción;
puede dejar incluso de ser incluso un hermoso lamento. Puede que nuestra existencia
no sea una justicia inteligible, ni siquiera una equivocación reconocible.
Pero nuestra existencia es, a pesar de todo, una historia.
Pero para que la vida sea para nosotros una historia o una historia de amor,
es necesario que una gran parte de ella sea decidida sin nuestro permiso.
Si queremos que nuestra vida sea un sistema, eso puede ser un fastidio;
pero si queremos que sea un drama, es algo esencial.
[C. K. CHESTERTON, Hombres y mujeres sin más].


IDEA DE LA NATURALEZA, R. G. Collingwood, F. C. E., México D. F. 1950. [Selección]

[Redactado entre 1933 y 1934. El material acumulado en estos años fue condensado para unas lecciones que dictó en 1934 y 1937. En 1939 revisó a fondo el manuscrito del cursillo dándole forma de libro. Es un ejemplo de investigación histórica: búsqueda de la suposición que ha permanecido a lo largo de toda la historia en la idea de la naturaleza: Solo es cognoscible lo inmutable].

INTRODUCCIÓN

$1. Ciencia y filosofía

(11) En la historia del pensamiento europeo ha habido tres épocas de pensamiento cosmológico positivo; tres épocas, queremos decir, en las que la idea de la naturaleza se ha colocado en el centro del pensamiento, se ha convertido en tema de intensa y prolongada reflexión, adquiriendo de este modo características nuevas.

(12) La obra de detalle raras veces marcha muy adelante sin que intervenga la reflexión. Y esta reflexión repercute en la obra de detalle; porque cuando lo gente cobra conciencia de los principios con los que ha estado pensando o actuando, se percata también de algo que ha tratado de hacer, aunque sea inconscientemente, con esos pensamientos y acciones: a saber, desarrollar en detalle las implicaciones lógicas de esos principios.

$2. Idea que los griegos tuvieron de la naturaleza.

(14) La ciencia natural de los griegos se basaba en el principio de que el mundo natural se halla saturado o impregnado por la mente.

$3. La idea renacentista de naturaleza.

(16) El mundo es incapaz de ordenar sus propios movimientos de un modo racional e incapaz también de moverse a sí mismo. Los movimiento que manifiesta y que los físicos investigan le son impuestos desde fuera y su regularidad se debe a las leyes de la naturaleza también impuestas desde fuera.

(17) En el pensamiento renacentista la situación se invierte. Para Descartes el cuerpo es una sustancia y la mente otra. Cada una opera con independencia de la otra y de acuerdo con sus propias leyes. Así como el axioma fundamental del pensamiento griego acerca de la mente es su inmanencia al cuerpo, (18) el axioma fundamental de Descartes es su trascendencia. ¿Cómo es posible que la mente pueda tener conexión alguna con algo que le es extraño, con algo esencialmente mecánico y no-mental, es decir, con la naturaleza? Esta fue la cuestión, en el fondo la única cuestión, concerniente a la naturaleza que preocupó a los grandes filósofos de la mente, Berkeley, Hume, Kant, y Hegel. En cada caso su respuesta fue, en el fondo, la misma, a saber, que la mente hace a la naturaleza; la naturaleza es, por decirlo así, un producto subalterno de la actividad autónoma y auto-existente de la mente.

$4. La idea moderna de la naturaleza.

(20) Así como la ciencia griega de la naturaleza se basaba en la analogía entre la naturaleza macrocósmica y el hombre microcósmica, el hombre tal como se revela a sí mismo en su propia autoconciencia, y la ciencia renacentista de la naturaleza se (21) basaba en la analogía entre la naturaleza que es obra de Dios y las máquinas que son obra del hombre, así también la visión moderna de la naturaleza, que empieza a cobrar expresión hacia fines del siglo XVIII y a partir de entonces va ganando volumen y solidez conforme llegamos a nuestro días, se basa en la analogía entre los procesos del mundo natural tal como los estudian los hombres de ciencia y las vicisitudes de los asuntos humanos tal como los estudian los historiadores.

(22) Para los griegos era un axioma que nada se puede conocer como no sea inmutable.

(24) La cuestión era: ¿Cómo podemos encontrar algo inmutable, y por lo mismo cognoscible, dentro o detrás del fluir de la naturaleza tal como lo percibimos o vinculado de algún modo a ello? En la ciencia natural moderna o evolucionista esta pregunta no surge más y la controversia entre el materialismo y el idealismo, como las dos respuestas a la misma, no alberga ningún sentido.

Una vez más la autoconciencia del hombre, en este caso la autoconciencia colectiva del hombre, su conciencia histórica de su propio hacer colectivo, suministró la clave para sus ideas acerca de la naturaleza.

$5. Consecuencias de esta idea.

(26) (1) El cambio ya no es cíclico sino progresivo. Los cambios que parecen ser cíclicos no son realmente cíclicos. Siempre es posible explicarlos como cíclicos en apariencia y progresivos en la realidad, de estas dos maneras; subjetivamente diciendo que lo que se había tomado por idéntico no era más que semejante, y objetivamente diciendo (para hablar metafóricamente) que lo que se había tomado como un movimiento rotatorio o circular es, de hecho, un movimiento en espiral, un movimiento en el cual el radio está cambiando constantemente o el centro desplazándose de continuo, o ambas cosas a la vez.

(2) La naturaleza ya no es mecánica. Mientras lo estamos construyendo no está funcionando como una máquina; esto no puede hacerlo hasta tanto no esté completa; por consiguiente, nunca puede desarrollarse, porque desarrollarse significa actuar para llegar a ser lo que no se es todavía (27) (como por ejemplo, una ternera actúa para llegar a ser vaca) y una máquina en estado inacabado no puede actuar para nada.

(3) Se reintroduce la teleología. Un corolario positivo de este resultado negativo es la reintroducción en la ciencia natural de una idea que la visión mecánica de la naturaleza había eliminado: la idea de la teleología. Si se considera la naturaleza como una máquina, entonces tiene que ser proscrita de la ciencia natural la teleología o causación finalista, con su idea de acompañante del nisus o esfuerzo por parte de la naturaleza o de algo en la naturaleza hacia la realización de algo que todavía no existe; su lugar de aplicación está en la esfera mental.

(4) La sustancia ser resuelve en función. (29) En el mundo de los asuntos humanos, tal como es conocido por los historiadores, no existe semejante distinción y tampoco semejante prioridad (entre estructura y funciones). La estructura se puede resolver en función. No hay inconveniente en que los historiadores nos hablen de la estructura de la sociedad feudal o de la industria capitalista o de la ciudad estado griega, pero la razón por la cual no hay inconveniente es porque saben que las así llamadas estructuras son, realmente, complejos de funciones, modos diferentes de comportarse los seres humanos; y que cuando decimos por ejemplo que existe la constitución inglesa lo que queremos dar a entender es que ciertas gentes se están comportando de cierta manera.

(5) Espacio mínimo y tiempo mínimo. (33) Puede ser una cuestión difícil y hasta quizá difícil de responder con certeza cuánto tiempo hace falta exactamente para que se establezca la acción rítmica que llamamos andar pero es claro que no basta una centésima de segundo. (38) El mundo natural que el hombre de ciencia puede estudiar mediante la observación y el experimento es un mundo antropocéntrico; se compone únicamente de esos procesos naturales cuya fase temporal y cuya amplitud espacial caen dentro de los límites de nuestra observación.

CONCLUSIÓN: DE LA NATURALEZA A LA HISTORIA

(205) Pero que la ciencia natural no es, como imaginaban los positivistas, el único departamento o forma de pensamiento humano acerca del cual se pueda decir eso y que no es tan siquiera una forma de pensamiento autosuficiente, sino que depende para su existencia de alguna otra forma de pensamiento diferente y en modo alguno puede ser reducida a ella.

(206) Siempre hay en las cosmologías ciertos vestigios de positivismo. Suponen que la única tarea de la filosofía cosmológica consiste en reflexionar sobre lo que la ciencia natural pueda comunicarnos acerca de la naturaleza, como si la ciencia natural fuera, no diré la única forma válida de pensamiento que un filósofo debe tomar en cuenta cuando trata de responder a la pregunta: ¿qué es la naturaleza?

El hecho natural ha sido observado por alguien en algún momento y en ciertas (207) condiciones; el observador ha de ser un observador que merezca crédito y las condiciones deben ser de tal tipo que permitan practicas observaciones dignas de crédito, Y por último aunque no en último lugar el observador ha de haber registrado su observación de modo que el conocimiento de lo observado por él sea del dominio público. El hombre de ciencia que desee conocer que un tal acaecer ha tenido lugar en el mundo de la naturaleza, únicamente lo puede saber consultando el registro dejado por el observador e interpretándolo, con sumisión a ciertas reglas, de modo que quede satisfecho en cuanto a que el hombre cuyos registros repasa realmente observó lo que dice haber observado. Esta consulta e interpretación de los registros constituye el rasgo característico de la obra histórica.

Concluyo que la ciencia natural, como una forma de pensamiento, existe y ha existido siempre en un contexto de historia y (208) depende para su existencia del pensamiento histórico.


LOS MILAGROS, de C. S. Lewis, Encuentro, Madrid 2009.

- No serán como un arrítmico fragmento de prosa que rompe la unidad del poema sino como la cumbre de una genialidad audacia métrica, que aunque no encuentre consonante con otro verso de la poesía, sin embargo, inserta en ese preciso punto y actuando en ese preciso momento, descubre. (A quienes lo entienden) la suprema revelación de la unidad es la concepción del poeta [VIII].

- Hay que gustar, aunque sea brevemente, el agua más pura más allá del mundo, antes de ser plenamente conscientes de las cálidas salobres corrientes de la naturaleza. Considerarla como Dios o como un todo es no descubrir su meollo más íntimo y su auténtico placer [IX].

- Nos causa un trauma descubrir que estas imágenes son indispensables. Ya hemos tenido antes traumas parecidos si los relacionamos con asuntos de menor cuantía, cuando de pronto, inesperadamente, da un tirón la cuerda atada de la mano, o cuando alguien, que ignorábamos que estuviera ahí, respira junto a nosotros en la oscuridad. [...] Llega un momento en que el niño que está jugando a ladrones se detiene de repente: "¿Se oyen verdaderos pasos en el salón? [...] En otras palabras: hay reglas más allá de las reglas, y una unidad más profunda que la uniformidad [XII].

- Es como si encontráramos una serpiente marina y descubrimos que ella no cree en serpientes marinas, o como si la historia probara la existencia de un hombre que hubiera hecho todas las hazañas atribuidas a Lancelot, pero que nunca hubiera oído nada del Caballero Andante [XIV].

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