martes, 6 de julio de 2010

Santo Tomás de Aquino II

2. METAFÍSICA
Aristóles da denominó Filosofía Primera, otras Filosofía, Filosofía teológica, otras de Ciencia teológica y Ciencia primera y también sabiduría. Lo importante es establecer su objeto. Aristóteles no da una única respuesta, aparecen cuatro distintas. Cuatro objetos que pueden relacionarse de tal manera que se reducen a uno solo. Cabe reunir esos cuatro objetos en dos: la Ontología y la Teología (uniendo las sustancias y las causas). Si interpretamos sistemáticamente la componente etiológica se reduce a la teología, si esas causas son últimas. Y la sustancia es el ente principal, ente privilegiado. Son cuatro maneras de interpretación del mismo objeto. Bajo interpretación evolucionista también se reducen a dos: la usología se determina -reduce- a la ontología y la teología y también es así respecto a la etiología. La manera usual es hablar de dos determinaciones: la ontología y la teología. Heidegger llama al ente en cuanto ente y el más noble género de ente. ¿Cómo ha de ser entendida esa onto-teología? Se destruye la unidad de la metafísica. El ente en cuanto tal es lo más universal de todo. En cuanto teología se dedica al estudio de Dios que no es universal sino estrictamente singular, sólo puede darse en uno. Cabe encuadrar en el mismo marco: o se afirma que es ontología y teología, pero no a la par, o afirmar que es ambas cosas si aislar de una de la otra. Hay una respuesta, de Jaeger, genética que es el primer caso. En el segundo se mantiene la unidad de la metafísica que es la interpretación unitaria o sistemática, cuyo representante más idóneo es Averroes y Avicena, Santo Tomás. La primera tesis genética es que la metafísica es ontología y teología siempre que se entiendan como etapas diversas del desarrollo de la metafísica aristotélica. Jaeger su representante: inadmisible considera el contenido del corpus como una unidad. Todo el problema se reduce a saber si la primera metafísica es la ontología o la metafísica. Su conclusión es que la teología es la primera metafísica siendo la ontología la última. Como teología se ocupa de lo trascendente en sentido platónico y como ontología se refiera a los múltiplos sentidos del ente, y como ontología se refiere a los múltiples sentidos del ente, fenomenología ontológica, descripción de las significantes en la s que se presenta el el ente. La afirmación de que exista varias etapas no es motivo para romper la unidad de la metafísica. Hace falta una ulterior afirmación. Ese plus es la dualidad de la inspiración. La influencia empirista y la influencia platónica. Se llega a deducir la dualidad de autores de la metafísica. Aristóteles y Teofrasto. La intepretación genética no llega a tanto. No afirma la duplicidad de autores sino de influencias. Jaeger diferencia un estadio platónico, uno intermedio y uno empirista, siendo este último el propio aristotélico. Se reconoce los aciertos de detalle que tiene esa inspiración pero no son dos etapas sino una sintetiza dos instancias. Platea cuál es el objetivo de la metafísica, cuál es su objeto propio. Las soluciones de facto, parciales se han dado ya en la edad media. Autores que afirman que se da lo uno y lo otro, es finito y lo infinito, esta opción comporta el riesgo de la contradicción. Se afirma que Dios es el objeto propio de la metafísica pero además que Dios es el objeto propio de la metafísica y además que puede ser objeto y causa, sino sería causa de sí mismo y de nada vale decir que Dios es causa de aquella parte que no es Dios, para que sea causa no puede ser objeto propio. Hay que elegir entre lo ontológico y lo teológico. La expresión más clara de este planteamiento tuvo lugar en los árabes. Averroes dice que el objectum es Dios. Para Avicena ese objectum es el ente en cuanto tal: Averroes tiene una razón. Aristóteles dice que ninguna ciencia puede demostrar la existencia de su propio objeto, la tiene que dar por demostrada. Por eso no puede ser Dios el objeto propio. Establece jerarquía entre el ente metafísica y Dios. Averroes de que ninguna esencia puede demostrar la existencia del objeto. Si Dios es el objeto de la metafísica, como hay que buscar las causas de su objeto . Pero Dios no tiene causa. Avicena admite la tesis aristotélica pero admite la tesis aristotélica pero a diferencia de Averroes las demostraciones de la existencia de Dios son de índole metafísica. Esta es también la tesis de Tomás. El que constituye el subjectum es el ente en tanto que ente o lo que es el ens comune (ente común a todos los entes). Hay que aclarar el ens comune. El ente común es el ente real finito. Ese ente real finito se divide el modo aristotélico poniendo de relieve la destinación sustancia y accidentes y acto y potencia. Ente real es una esencia actualizada por el esse real. El esse es un acto. Si se considera un movimiento aparecen diversas acepciones del acto. En primer lugar el movimiento, acto imperfecto, inacabado; pero ese acto remite a un origen activo de ese movimiento ha de encontrarse en la causa, acción origen. Remite también aun término que es un acto pero es el término del movimiento. Las formas son también actos. Si consideramos el movimiento universal, el origen radical, aparece el actus essendi. Ese acto segundo no es forma. Las formas hacen que algo sea actualmente tal o cual cosa; el acto de ser hace que las cosas simplemente sea. De esta diferencia no se dio cuenta ni Platón ni Aristóteles.
Platón dice que la verdadera realidad es la que no cambia, que son las ideas, son formas. Tampoco Aristóteles. El se hace la misma pregunta, la verdadera realidad que no solo las sustancias segundas, las universales sino la sustancia primera, singular y esa se caracteriza por su carácter de ergon, por su actividad, carácter operativo. Es un acto porque es una forma pero ese acto no es cualquiera, no es accidental sino el acto sustancial y ese acto son las formas sustanciales. Santo Tomás diferencia la forma como ser y el acto como ser. Acto que no es forma. No se le puede agregar nada que le sea extraño, nada que no esté contenido en el mismo esse. Fuera del esse no hay nada. Cualquier otro acto ha de estar contenido originariamente en el esse, el movimiento, la acción y la forma. Si el movimiento y la acción son actos dinámicos y la forma es estática en el actus essendi están implicados tanto movimiento y acción como la forma. Por eso el esse es quid fixum, el principio de estabilidad, de fijeza del ente. Lleva los actos dinámicos y los forma. El esse es lo más íntimo a cada cosa. Si entraña lo estático y lo dinámico no hay nada que pueda acontecer al esse. Por eso el esse es el sujeto más radical de todas las cosas. Aquello que está bajo las otras actualidades dándoles el sentido de actualidad, y esto es lo más íntimo a cada cosa. Por eso, el acto de ser es la actualidad de todas las actualidades, actualidad en movimiento, de la acción que comunica su propia actualidad porque es, y de la forma que no puede determinar las cosas si no es. Son actos que suponen el acto de ser. Por eso todos se comportan como potencia. En consecuencia es la mayor de todas las perfecciones. Porque el acto es superior a la potencia, al ser el acto de los actos es lo más perfecto.

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