lunes, 9 de agosto de 2010

Duns Scotto (1265/66-1308)

Nació en Escocia. Estudió en escuelas franciscanas, y encontró allí su vocación religiosa. Vistió pronto el hábito. A los 25 años fue ordenado sacerdote. Esos diez años fueron dedicados al estudio en Oxford y después en la facultad de París. Enseña en París entre Enrique de Gante, su maestro del que llegó a tener buen conocimiento. Volvió a Inglaterra donde se ordenó. Cursó el título de magister entre Oxford y París. En ese año hay una pugna fuerte entre la política de Felipe el Hermoso y El papa Bonifacio. Quería que los monjes se sumaran a su causa. Duns fiel al papa fue enviado de Oxford. Retorna a París. Proclamó su favor al dogma de la Inmaculada. Aparece en Colonia en 1308, porque Felipe se ponía en lucha contra el papado. Duns quería la sodidaridad de la Universidad. Fue alejado de Francia, tachado de herético por su favor a la Inmaculada Concepcón. Murió en Coloma, a los 43 años. Sobre su sepulcro: Scocia me engendró. Inglaterra me crió. Francia me recibió. Colonia me tiene. Otras destacables: Opus Oxoniense, de sus enseñanzas en Oxfod, comparada a la Suma Teologica, también obra de madurez, es llamada ahora ordinatio. La otra gran obra reportata parisencia, son enseñanzas recogidas en apuntes. Aun siendo franciscano comentó ampliamente a Aristóteles. Los agustinianos tuvieron polémica con Tomás de Aquino. Duns Scotto supo combinar a Aristóteles.

1. EL OBJETO DEL ENTENDIMIENTO HUMANO
Donde se advierte esta lucha es en este tema. Contraste entre el agustinianismo y el aristotelismo tomista. Es una doctrina que da unidad a todas sus demás doctrinas. El problema mismo tiene una importancia teórica notable. La discusión de este tema lo que significa es el problema del fundamento. Scotto trata de averiguar si la metafísica es o no posible, y también el discurso filosófico. Ninguno anteriormente lo trató con la extensión del maestro inglés. Es el primero en preguntarse por el sentido del fervor metafísico del siglo XIII. Con Scotto se señala el paso de un periodo constructivo a uno crítico. Algunos lo ven como el primer responsable de la decadencia escolástica o el primer moderno.
El sentido del primer objeto del entendimiento humano es la cosa más perfecta que el hombre puede conocer o es aquello que constituye el término primero del conocimiento puesto que el entendimiento está ordenado a conocer -primum ordine aedecuationis- o un ordine ontológico? El problema para Scotto es el lo, se trata de pensar cuál es el objeto que determina el horizonte cognoscitivo del nuestro entendimiento: illud est primum, aquel a través del cual se entienden todos las demás cosas. El objeto primero está definido por dos notas: ese objeto condiciona el conocimiento de cualquier objeto y que está incluido en todo objeto conocido. De aquí sí yo sé cuál es el objeto yo sé cuál es la apertura cognoscitiva del hombre y cuál es el ángulo bajo el cual mi entendimiento considera toda realidad que estudia. Saber si Dios cae o no bajo nuestro conocimiento, si nuestro conocimiento puede trascender el mundo de la experiencia. Cuál es el término directo inalienable de nuestro conocimiento porque en virtud de él se hace inteligible todo el resto. Scotto observó que la corriente agustiniana había dado una solución así como la aristotélica. Las examina y propone una propia. La primera solución que analiza es la aristotélica tomita. In ista quaestione dicen los aristotélicos est quidditas rei materialis, la esencia de las cosas materiales. Santo Tomás dice que ha de haber proporción entre la facultad y el objeto que comparte las necesidades metafísica de esa potencia, sólo así la puede actualizar. Distingue los sentidios, el entendimiento humano y el angélico. El sentido depende de la materia en el ser y en el obrar, conoce sólo lo particular y material. El entendimiento angélico es independiente de la materia en su ser y en su obrar y su objeto son realidades inteligibles. El entendimiento humano es intermedio: los sentidos y el angélico. En su ser está unido a un cuerpo aunque en su actividad no depende de los órganos corporales, está ordenado por propia naturaleza a conocer la esencia de las cosas y por otro a conocer esencias que abstrae de cosas materiales. Por naturalaeza es entendimiento abstractivo. Scotto encuentra un defecto en esta doctrina. Si eso es así Santo Tomás hace física pero no metafísica, por su propia naturaleza ha de quedarse en las cosas materiales. Scotto dice que no. La tesis tomista encierra una dificultad notable. El objeto delimita la potencia: el entendimiento humano está cerrado a otro acto de conocer. Si la naturaleza es conocer las cosas materiales no puede superar su propia naturaleza. Esas consecuencias son inaceptables para un filósofo que no quiera renegar de Aristóteles porque el hombre no sería un ser racional si no buscase la causa última de lo que sucede en torno a él. Dimitiría de su condición racional. Si la causa última es Dios, el hombre desea por propia naturaleza conocer a Dios. Debe conocer una esencia inmaterial y eso le está vedado a Santo Tomás. Aristóteles dice que la metafísica es distinta a la física. Lo que pretende Scotto es defender la legitimidad de la investigación metafísica y revindicar al entendimiento humano una capacidad de conocer diversa de la abstracción a partir de las cosas materiales. Santo Tomás dice que el objeto del entendimiento humano es el ente, se extiende a todos los seres y empieza por captar ese ser por las cosas materiales. Parece que Tomás no está cerrado sino que empieza pero su objeto son todos los seres. A Scotto no le sirve esa declaración, diciendo que eso son buenas intenciones porque lo justifica mal: la razón no es buena porque acude al vínculo sustancial entre el alma y el cuerpo. Pero eso se convierte en una ley que el entendimiento no puede abandonar nunca. No podría superar el ámbito de realidades sensibles o conocer realidades no sensibles con la abstracción. Algunos para evitar esto sostienen que el objeto propio es Dios. Esto está implícito en la teoría de la iluminación. Lo afirma Enrique de Gante, por razones agustinianas. Scotto: nadie niega que Dios es el inteligible por excelencia. Pero lo que es primero en un orden es casa de todo lo que acontece en el orden. Dios es causa de toda inteligibilidad, se hacen comprensibles sólo a la voz de Dios. Prioridad de lo infinito sobre lo finito. Antes el conocimiento de lo infinito. Pero Duns Scotto no es capaz de admitir esta tesis. Una cosa es que el objeto es el ens y otra que sea el ens infinitum. No puede ser. Porque eso es demasiado para nuestro intelecto. El asunto se resuelve en voluntarismo. Podemos conocer sin conocer a Dios. Ni la esencia ni Dios son objeto de nuestro entendimiento. Unos restringen el ámbito del entendimiento humano; los otros atribuyen demasiado al entendimiento y no explican cómo es. El que quiera ajustarse a la experiencia dice que de razón tanto la capacidad humana para un discurso metafísico como el carácter conceptual del entendimiento. Debe hacer posible el conocimiento de Dios y como a partir de la experiencia sensible. La solución de Scotto es compuesta: hay que distinguir el objeto ex natura potentiae y pro statu isto. El objeto del entendimiento es el ens en cuanto ens ex natura potentiae. Si consideramos la situación histórica en que se da es la quidditas materialis rei. Una cosa es en absoluto su naturaleza y otra el funcionamiento del entendimiento en las circunstancias históricas. Ens en cuanto ens. Nuestro entendimiento está por constitución ordenado a pensar el ser en su totalidad. Apertura trascendental del pensamiento. Esencial intencionalidad del pensamiento. El hecho de que haya unidad sustancial no puede perjudicar esa apertura de nuestro entendimiento. Puede disminuir. Por ello no cree pertinente la solución de Tomás, que atribuye importancia excesiva a la unión sustancial. El entendimiento no sería tal sin entendimiento. La importancia de esta respuesta es crucial. Scotto creía satisfacer las exigencias de los agustinianos que querían armonizar la filosofía con los destinos sobrenaturales. La expresión clave es la teoría del status, pro stato isto. Las condiciones existenciales obligan al entendimiento humano a arrancar de los seres sensibles. Si nuestro entendimiento está ordenado a revelar la totalidad de lo positivo, también Dios por ahora ha dispuesto que la actividad intelectiva en el hombre se explique en conexión con la actividad sensitiva. Nuestro conocimiento como quiere Santo Tomás es abstractivo porque Dios ha dispuesto que lo sea. La diferencia con Tomás es que la razón no es la naturaleza del entendimiento sino una disposición divina. La impotencia de nuestro entendimiento para captar directamente todas las cosas no depende ex imposibilitate intrinseca sed extrinseca, puesta por Dios en su inescrutables designios.
Esto no es ontologismo porque la experiencia nos muestra que el conocimiento es abstracto, pero también que va más allá de los datos sensibles. Cualquier aplicación ha de apoyarse en unas razones que no pongan en tela de juicio ninguna de esas dos enseñanzas. Para ello construye su teoría del Status, bajo la condición de que la creación sea libre. Y todo ha de tener en cuenta siempre la creación. Las creaturas tienen por ello un status determinado. Nuestro entendimiento no sería tal si no estuviese ordenado al ens en quantum ens. Pero en las condiciones actuales estamos sometidos a que debe arrancar de lo sensible y todos los conocimientos pasan por la abstracción. Al hombre por ahora le está vedado un conocimiento intuitivo del ser. El objeto del intelecto es el ser y cualquier cosa que conoce la conoce a la luz del ser. El ente está detrás de cualquier otro concepto.

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